18.10.08

(Cap. 1) Como empezó todo...

Siempre quise ser médica. La verdad, la carrera me llevó más tiempo del que yo esperaba, estaba acostumbrada a no hacer esfuerzos en el colegio y pensé, mal, que estudiando un poco iba a pasar sin problema las materias. Me di cuenta que no iba a ser tan sencillo cuando tuve que recursar anatomía. ¡Qué bronca me daba ser tan vaga! Siempre decía lo mismo: “Me pongo a estudiar a full hasta los próximos exámenes”. Y después era la misma historia de siempre: “Si hoy no estudio no pasa nada, total si desde mañana me siento 4 horas por día, llego bien”, obviamente que todos los días repetía eso, y me sorprendía el día anterior al examen final no sabiendo nada y decidía no presentarme.
Tenía ganas de aprender y avanzar, pero otras cosas me distraían y era más fuerte que yo: no quería descuidar a mis amigos, no quería dejar de hacer gimnasia ni de cuidarme el cuerpo y el pelo, no quería dejar de bailar frente al espejo con mi hermana como siempre habíamos hecho…Hasta estudié corte y confección para poder hacerme la ropa que me gustaba. Siempre fui vanidosa.
Una de las cosas que más disfrutaba de la facultad era la cantidad de gente que conocía, pero no sólo compañeros, también conocí algunos médicos. Muchos ya tenían una trayectoria y eran muy respetados. Al principio fueron de los mejores profesores que tuve, y con el tiempo y compartiendo otras cosas se convirtieron en grandes amigos.
Siempre tuve habilidad para relacionarme con la gente y para ganarme su confianza y su aprecio. Con la facu se me abrió un mundo que me encantaba con congresos, eventos, fiestas… Si, ya se, en todo eso los protagonistas eran los profesionales; los estudiantes participaban pero no pertenecían. En mi caso, como iba acompañada de mis amigos médicos, tenía un lugar un tanto privilegiado que no tenían otros estudiantes... ¡Era fascinante! Hasta volvía a casa con ganas de estudiar para poder pertenecer “de verdad”. Muchas veces pensé si no había elegido la carrera equivocada, la medicina me apasionaba pero la vida social y el glamour también. En esa época miraba una novela donde había una mujer que era la encargada de Relaciones Públicas de una compañía importante… “Esa es la vida que yo quiero”, pensaba, pero no iba a dejar mi carrera, yo sabía que había elegido bien. En verdad quería algo similar dentro de lo que yo había elegido. Supongo que esos rasgos fueron marcando mi futuro sin querer…O no, quizás lo busqué y no me daba cuenta.